La navegación en el canal du Midi ha vivido altibajos. Esta vía fluvial única revolucionó el transporte fluvial y su historia está marcada por grandes momentos.
A lo largo de los siglos, el transporte fluvial ha ido evolucionando y adaptándose sin cesar para enfrentarse a la competencia de los nuevos medios de transporte. Aunque la función comercial del canal du Midi ha desaparecido hoy en día, ofrece un entorno excepcional para el turismo fluvial.
En 1666, con la firma del rey Louis XIV del Edicto de Saint-Germain, se autorizó la creación del canal Royal de Languedoc, antiguo nombre del canal du Midi, y las obras se otorgaron a Pierre-Paul Riquet. Convertido en señor del canal, este edicto le concedió una explotación exclusiva del canal y sus descendientes también se beneficiaron de este estado único.
Por tanto, en 1673, se firmó un contrato entre Pierre Roux, carpintero naval y Pierre-Paul Riquet para la construcción de los barcos. Sin embargo, las necesidades crecieron rápidamente y el señor del canal autorizó que cualquiera pudiese pasar con su barco por el canal.
Fueron muchos los barcos procedentes del Garonne. Además, los barcos procedentes del Rhône o las barcas catalanas o genovesas conducidas por marineros para el transporte de mercancías también navegaban por el canal du Midi.
Los herederos de Riquet, ya a la cabeza del señorío del canal, permitieron a cualquiera la construcción de embarcaciones para el transporte de mercancías. Esta flexibilización de las leyes que regía la navegación en el canal du Midi favoreció la aparición de barcos adaptados al tamaño de las obras del canal.
A pesar de estas nuevas reglas, los herederos de Riquet mantuvieron el control de la explotación del canal du Midi: controlaron los barcos que transportaban pasajeros y garantizaron la construcción y el mantenimiento de la flota. Este era el servicio de la «barque de poste».
El servicio de «barque de poste» se instauró a partir de 1674 a iniciativa de Pierre-Paul Riquet. En esta época, los viajeros podían llegar, en un día, a Castelnaudary desde Toulouse.
Al terminar las obras de construcción, la «barque de poste» se convirtió en un servicio regular y se desplegó hasta Agde. Entonces el viaje duraba cuatro días, pero era un transporte seguro y cómodo para la época.
Sin embargo, para cruzar las esclusas y otros obstáculos, los viajeros tenían que cambiar de barco. La «barque de poste» realizaba paradas frecuentes: a mediodía (dînées) y por la noche (couchées) que permitían a los viajeros descansar.
Otro tipo de barcos que circulaban por el canal du Midi y estaban dedicados al transporte de mercancías fueron las «barques des patron».
Aquí vivían los barqueros y sus familias. El alojamiento se encontraba en la parte delantera, en la «tille». Los «sapines» (barcos del Loira) y los «coutrillons» (barcos genoveses) contaban con un «pontet» que permitía consolidar el casco y en el que se fijaba el mástil de carga.
Las «barques de patron» permitían transportar grandes volúmenes de cereales, vino y aguardiente, sal y forraje. Además, servían para cargas de piedra (por ejemplo, mármol de Caunes Minervois), madera y carbón, además de maquinaria y azufre necesario para el trabajo de la viña y otros productos fabricados.
¿Sabía que?
Marie-Thérèse fue el último «barque de patron» del canal du Midi y el barco fluvial más antiguo que navegó de Europa. Construido en 1855 en el astillero de Pont des Demoiselles en Toulouse, suele poder verse en el puerto de Ventenac-en-Minervois (Aude). Sus dimensiones de 27 m por 5,40 m le permitieron, en la época, llevar 130 toneladas de mercancías con 1,60 m de cavidad. Declarado Monumento Histórico en 2020, desde 2021 cuenta con una importante obra de restauración.
En el canal du Midi, el tráfico fluvial estaba sujeto a los impuestos para los señores de la vía fluvial. Y además, cuanto más denso era el tráfico fluvial, mayores eran los derechos de navegación que recibían los señores del canal... De la misma manera, cuanto mayor era la capacidad de los barcos, más interesantes eran los beneficios por barco.
Por tanto, a lo largo del tiempo, las dimensiones de los barcos fueron evolucionando para llegar al mejor compromiso posible entre la capacidad de carga y la rapidez: primero los barcos eran anchos, pero con poca capacidad, luego los «sapines» fueron más alargados pero más anchos en el medio y los «coutrillons» tenían una forma más cuadrada en el medio.
Las dimensiones de las obras de arte también se fueron teniendo en cuenta para adaptar los barcos a la navegación en el canal du Midi: el largo y el ancho de las esclusas, la altura bajo los puentes, la profundidad del canal...
En 1765, se calcularon 224 barcos de transporte de mercancías los que navegaban por el canal. En 1778, eran 250 embarcaciones de 60 toneladas las que recorrían el canal.
Todas estas embarcaciones utilizaban el camino de sirga para los caballos, mulas o vacas que, gracias a una larga cuerda, tiraban del barco.
Cuando los vientos eran favorables, se fijaba una pequeña vela en el mástil de carga para reducir el esfuerzo de la tripulación.
Pero su uso fue limitado debido a la inconsistencia del viento o al paso por los puentes.
El camino de sirga solo se encontraba en una de las dos orillas del canal. Para cruzarse o adelantar, las tripulaciones debían realizar maniobras siguiendo unas estrictas normas para garantizar una navegación sin choques. A pesar de estas precauciones, los accidentes siguieron siendo muy habituales.
¿Sabía que?
Aunque en otras vías fluviales sí existió, en el canal du Midi no parece que existiese el camino de sirga para los hombres, salvo en algunos puntos en concreto como para el paso del túnel de Malpas.
A principios del siglo XIX, el servicio de «barque de poste» tuvo la competencia del transporte por carretera y conexiones transversales que hacían que las diligencias fueran más rápidas. Por tanto, se decidió poner en marcha un servicio de «barque de poste» acelerado que navegaba por la noche y con nuevos puntos. Este nuevo servicio permitió unir Toulouse con Agde en tan solo 36 horas.
Además de la modernización en el canal que permitió, por ejemplo, agilizar las maniobras en las esclusas, también ayudó a las actividades fluviales. El año 1856 fue un año récord para la actividad comercial: más de 110 millones de toneladas de mercancías y 100 000 pasajeros transitaron por el canal du Midi.
La segunda mitad del siglo XIX marcó el declive del transporte fluvial. De hecho, la apertura del ferrocarril entre Bordeaux y Sète en 1857 fue una competencia muy dura.
Así fue como el transporte de pasajeros se detuvo pocos meses después de poner en servicio los primeros trenes de viajeros, mucho más rápidos. El transporte de mercancías fue debilitándose significativamente hasta finales del siglo XIX.
El Estado, nuevo propietario del canal desde el 1 de julio de 1898, eliminó los derechos de navegación para relanzar el transporte fluvial de mercancías, que fue retomándose lentamente tras 40 años difíciles. El transporte fluvial fue mejorando y pasó de 65 millones de toneladas en 1900 a 81 millones en 1910. En 1903, se empezó a aplicar un gran plan de modernización de la vía fluvial y de la flota de los barcos, pero se tuvo que detener con el inicio del a Primera Guerra Mundial en 1914.
Las dos guerras mundiales fueron periodos de declive para el transporte fluvial: ¡las cantidades transportadas por el canal cayeron!
En 1914, el canal contaba con 126 «barques de patrons», 70 barcos de armadores y de compañía, 300 caballos y 75 mulas.
Durante el periodo de entreguerras se retomó ligeramente el transporte fluvial: los barcos a motor reemplazaron por completo la tracción animal. Esta notable evolución relanzó parte del tráfico comercial en el canal. llegando a contar unos 120 barcos de compañías y otros tantos barcos de propietarios independientes. En 1936, casi todos los barcos eran motorizados, su autonomía de funcionamiento hizo que el canal du Midi fuese una de las vías fluviales más rápidas de la red francesa.
La Segunda Guerra Mundial y las penurias del carburante que se vivieron, hicieron volver a la tracción.
A principios del siglo 1944, se fue volviendo poco a poco a la normalidad. En el canal du Midi, el transporte se retomó abriendo un nuevo periodo de prosperidad.
En 1960, el transporte de hidrocarburos con barcos especializados alcanzó las 120 000 toneladas. Al mismo tiempo, el transporte de cereales alcanzó su apogeo llegando a 144 millones de toneladas transportadas.
Hacia finales de los años 60, los barcos de madera fueron desparecieron progresivamente y dieron paso a los automotores de acero. Estos nuevos barcos aportaban cierta comodidad al contar con un alojamiento que incluía una estancia con zona de cocina (y agua del grifo desde un depósito) y dos habitaciones pequeñas.
El 5 de agosto de 1879, una ley indicaba el tamaño de las esclusas de algunos canales: el medidor Freycinet. Para relanzar la navegación fluvial en el canal du Midi, fue necesario realizar algunas adaptaciones para cumplir con las normas.
El medidor «Freycinet» se aplicó en el canal Latéral del Garonne de 1970 a 1974. En 1977, se inició la modernización del canal du Midi en los dos extremos de la vía fluvial. ¡La esperanza del futuro de los marineros de Midi!
En 1984, la crisis económica y las restricciones presupuestarias llevaron al Estado a parar las obras de acondicionamiento al medidor Freycinet. Al transporte fluvial cada vez le costaba más alinearse con el precio del transporte ferroviario y de carretera.
El último barco que transportaba vino cesó su actividad en 1989. Hoy en día, el canal du Midi está totalmente enfocado al turismo fluvial: por aquí circulan barcos recreativos y para el transporte de pasajeros (paseo o alojamiento).
Frente al desafío climático, las empresas de alquiler de barcos intentan ofrecer diferentes opciones para que sus barcos sean más responsables: barcos eléctricos, con instalación solar, barcos de hidrógeno...
Un sitio gestionado por Voies navigables de France en colaboración con los miembros de la Entente
para el Canal du Midi y sus operadores turísticos