El Seuil de Naurouze es el punto estratégico del canal du Midi que separa las vertientes Atlántica y Mediterránea. Pierre-Paul Riquet inventó un ingenioso sistema hidráulico que abastecía este punto culminante del canal. Antes, todos los proyectos de construcción del canal entre Toulouse y el Mediterráneo fracasaban al encontrarse con la imposibilidad de llevar suficiente agua al Col de Naurouze.
El Seuil de Naurouze, situado en la frontera de los departamentos de Haute-Garonne, también se conocía como «punto de reparto de las aguas».
A nivel histórico, técnico y arquitectónico era el lugar clave del canal du Midi.
La historia cuenta que fue aquí donde Pierre-Paul Riquet descubrió la solución para abastecer el canal. De hecho, al ver cómo caía el agua de la fuente «La fontaine de la Grave», el padre del canal entendió que justo ahí, las aguas que manaban de la fuente se separaban y caían en dos sentidos contrarios: hacia el océano Atlántico por un lado, y hacia el mar Mediterráneo por el otro.
Al observar esto, Riquet entendió que al llevar una cantidad de agua suficiente para abastecer un canal superior, se podía bajar por dos lados opuestos, en dirección a los dos mares.
¿Es cierta esta anécdota o no? El sistema pensado por Riquet permitió llevar el agua de la Montagne Noire hasta Naurouze con la ayuda de dos acequias: la Rigole de la Montagne y la Rigole de la Plaine.
En Naurouze, las aguas llegaban al canal de reparto que se encontraba a 189,43 m sobre el nivel del mar. ¡El punto más alto del canal du Midi!
En el Seuil de Naurouze, Riquet quiso monumentalizar su obra y rendir homenaje al rey de Francia, Louis XIV.
Entre 1669 y 1673, se construyó el amplio estanque de ocho hectáreas. El cartógrafo Jean-Baptiste Nolin escribió lo siguiente en 1697: «Esta cuenca de 400 m de largo por 300 m de ancho, revestida de piedra, es sin duda el lugar más bonito del mundo, con 3 metros de agua que llegan a través de la acequia».
Pensada como una cuenca de regulación, Riquet imaginó un proyecto grandioso: la construcción de una ciudad alrededor de la cuenca, en medio de la que destacaría una fuente monumental representando a Louis XIV en su coche tirado por caballos.
¿Sabía que?
En la época, estaba previsto que la cuenca acogiese un gran puerto comercial. ¡Pero el proyecto nunca se hizo realidad! De hecho, la navegación por la cuenca era compleja. El agua se encallaba rápidamente por los aluviones de la Rigole de la Plaine, limitando por tanto su profundidad. Y así fue como se abandonó el proyecto, dando paso al de Castelnaudary.
Durante su inspección en 1686, Vauban recomendó abrir una conexión directamente con la esclusa del océano y la del Mediterráneo (nombres actuales). Este nuevo trazado del canal, realizado en 1687-1688, hacía que no sirviese de nada el paso por la cuenca de Naurouze. Pero eso se solucionó rápidamente ofreciendo una amplia extensión de tierra fácil de cultivar. En 1809, aquí se plantaron plataneros y hoy en día hay centenares de ellos.
Los vestigios de la cuenca siguen estando visibles, recuerdan toda la ambición de Riquet. Una acequia en el perímetro de la cuenca para el paso del agua que llega de la Montagne Noire por la Rigole de la Plaine hasta el canal permite medir su amplitud y observar su forma hexagonal.
Este lugar no se convirtió en el lugar monumental que Riquet había imaginado. Sin embargo, el sitio de Naurouze se convirtió en un importante lugar de producción gracias a la construcción de un molino en 1670-1672. Situado en el extremo de abajo de la Rigole de la Plaine, utilizaba las aguas del canal como fuente de energía. El molino, junto a la propiedad del canal du Midi, fue transformado en molinería en 1832 y funcionó hasta 1985.
Cerca de la cuenca y del canal de reparto se encontraba un aliviadero y la casa del «ingeniero». En ese gran edifico fue donde se puso fin a la guerra entre Francia y España, bajo Napoleón I. Y también fue en esta casa donde el Mariscal Soult, comandante de la armada imperial, y el Duque de Wellington, firmaron el armisticio en abril de 1814.
Los descendientes de Riquet quisieron rendirle homenaje. Así, entre 1825 y 1827, un obelisco de 20 metros de altura se construyó sobre las «piedras de Naurouze». Unas piedras que cuentan grandes leyendas desde el inicio de los tiempos.
El obelisco tiene una dedicatoria: «A Pierre-Paul Riquet, barón de Bonrepos, autor del canal Deux Mers en Languedoc» (Para Pierre-Paul Riquet, Barón de Bonrepos, autor del canal Deux Mers en Languedoc).
El pedestal está decorado con inscripciones y bajorrelieves alegóricos. En la cara norte, las armas y el medallón de Pierre-Paul Riquet sujetados por Minerva, diosa de la sabiduría, y por Mercurio, dios del comercio.
En la cara sur, una ninfa que simboliza la Montagne Noire, vierte agua de una urna, abasteciendo la Rigole de la Plaine. Este agua se divide en dos simbolizando el reparto de las aguas del canal du Midi, el dios Neptuno vigila la vertiente oceánica y la diosa Venus la vertiente mediterránea.
dsio-apidae.detail.contactInformations
MAISON DE LA HAUTE-GARONNE - INFORMACION TURISTICA A 61 - Aire de Port Lauragais
31290 AVIGNONET-LAURAGAIS
Tél : 05 61 81 69 46
Tél : 05 61 81 41 03
Un sitio gestionado por Voies navigables de France en colaboración con los miembros de la Entente
para el Canal du Midi y sus operadores turísticos