Libron en bateau à Vias sur canal du Midi © VNF

¡La obra del Libron es toda una proeza técnica!

Esta obra permitía, durante los episodios de crecidas, el paso de las aguas del Libron por encima del canal. Aún hoy en día está gestionada por los agentes de VNF con prácticamente las misma condiciones que en el siglo XIX. Esta obra está protegida como Monumento Histórico desde 1996.

El Libron, un río expuesto a las fuertes crecidas

El Libron es un río costero que nace en Laurens, en el departamento de Hérault para terminar en el Mediterráneo, a la altura del municipio de Vias, justo después de haber cruzado el canal du Midi.

Este cruce no fue realmente un problema durante la primera mitad del siglo XVIII ya que el curso del río cortaba el canal en varios puntos. Pero el aumento de la población del municipio de Vias condujo a la canalización del Libron para así despejar una importante parte de tierra disponible.

Sobre el año 1750, el cruce del Libron se realizaba en un solo punto y el sedimentos en el canal en épocas se crecidas solía encallarlo.

La primera idea fue un pontón móvil instalado desde 1767 

En 1757 se realizó un estudio para evitar las costosas obras y la interrupción de la navegación en el canal debido a las crecidas del Libron. Se propusieron varias soluciones, una de ellas fue el embalse en 1764 y su instalación en 1767. La idea era organizar el cruce en un espacio restringido.

¡Como las aguas del río no podían pasar por un acueducto por falta de pendiente, hicieron que cruzaran por encima del canal! ¿Cómo? 

Gracias a un pontón que ocupaba todo el ancho del canal. El pontón se colocó cerca de la obra y se ponía en marcha cuando se anunciaban tormentas. Las aguas del Libron en crecida pasaban por encima como en un canalón. Las arenas y piedras se deslizaban por el pontón y pasaban sobre la cubeta del canal sin poder asentarse. Este demostró rápidamente su eficacia.

Mejorado progresivamente, se utilizó durante casi un siglo. El único defecto que tenía era que durante las crecidas, la posición del pontón impedía el paso de los barcos y tenía que detenerse la navegación.  

Una mejora prevista desde 1826

Para solucionar este problema, el director de la división de Agde, el ingeniero Loysel, imaginó en 1826 un dispositivo para hacer que el agua de las crecidas pasase en dos puntos que podían abrirse uno tras otro. Esta idea no consiguió la aprobación del director general y se quedó en eso, en un proyecto...

Cuando la Compagnie du canal du Midi lanzó grandes programas de inversión como el puente canal del Orb en Béziers, para que la vía fluvial hiciese frente a la competencia del ferrocarril, la cuestión del Libron volvió a aparecer.

En 1853, Urbain Maguès, entonces ingeniero jefe de puentes y caminos y director general del canal, retomó la idea de Loysel. Diseñó el sistema de acueductos móviles que debían reconstituir de forma alternativa el cauce del Libron.  

Su plan fue aprobado en 1854. El decreto de declaración de utilidad pública se dio a conocer por Napoléon III el 10 de febrero de 1855 (Decreto Imperial para la mejora de la navegación al paso del río Orb en Béziers, del torrente del Libron y del río Hérault en Agde).

Las obras empezaron de inmediato y el nuevo sistema se entregó a la navegación en 1857. 

Libron à Vias sur canal du Midi © VNF

Libron à Vias sur canal du Midi © VNF

La obra del Libron:
el agua pasaba por encima del canal

Esta obra separaba el cauce del Libron en dos brazos. Al acercarse un barco, las aguas del río se orientaban hacia un acueducto móvil desplegado por encima del canal, en el lado más alejado del punto de llegada del barco.

Así, este podía pasar por un paso acondicionado para llegar a una cuenca de espera situada en el centro. Al pasar el barco, se colocaba otro acueducto móvil por encima del canal.

Así es como se orientaban las aguas del Libron. Entonces ya solo quedaba plegar el acueducto móvil que se encontraba detrás del barco para liberar el paso y que pudiese marcharse.

Este dispositivo tenía una doble ventaja, permitía la navegación sin detenerla y evitaba los sedimentos del canal y los problemas de limpieza que conllevaba.

El sistema de la obra del Libron estuvo presente en la exposición universal de Londres en 1862, en el pabellón de obras públicas de Francia.  A los instigadores del proyecto, Urbain Maguès y Achille Simonneau, se les concedió un premio.

Esta obra aún la utilizan los agentes VNF encargados de la gestión del canal, en unas condiciones de explotación similares a las de su origen.